La pieza consiste en un ejercicio de recuperación del espacio. Por medio de la técnica del decollage se pretende extraer, tal como Miguel Ángel alguna vez dijo, la figura escondida que hay en la piedra, o este caso en el papel; y recolocarla en otro lugar a manera de expansión de la misma naturaleza procesada que recupera su original forma aunque sea artificial.
Las imágenes resultantes entran en un juego de ilusión, de figura fondo donde, si no se pone atención, se puede perder donde inicia algo y termina otro.
Dicen que si se cuentan los anillos de un árbol se puede saber su edad, así mismo este árbol recuperado contiene capas y capas de viejos recuerdos que son olvidados hasta que una excavación los va liberando a los ojos del buen observador que debe hacer una labor casi arqueológica para descubrir el pasado enigmático.
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