miércoles, 18 de enero de 2012

Asientos Reversados


El asiento es un símbolo de poder, el que está en el trono gobierna. Ese poder es cedido, prestado y robado. Basta ver a la señora que antes de entrar al vagón del metro ya está lanzando su bolsa para apartar un lugar que abandonará a las siguientes dos estaciones. Por otro lado, ceder un lugar va desde el sacrificio de la comodidad por la comunidad; hasta ese machismo disfrazado de caballerosidad que invierte los papeles de poder y la dama se vuelve frágil frente al hombre poderoso e incansable.
Sin embargo estas prácticas, como todas las normas de la sociedad, son llevadas por un dogmatismo imperante. El que las cumple no las reflexiona solo se flexiona. El que no, es castigado por la mirada inquisidora de la señora que en voz alta decreta: “parece que ya no hay caballeros”.

Descripción
La pieza consiste en subvertir la señalética de los asientos reservados dentro de los vagones del metro. Para esto se han elaborado una serie de stickers que serán colocados encima de los originales.
Los iconos realizados representan distintas clases, modos y aspectos de los usuarios. Y van desde el oficinista, el dormido, el sanjuditas, el gordo, entre muchos otros. Se trata de voltear la tortilla; que tanto el borracho como la prostituta merecen respeto, mostrar que a veces todos necesitamos ese asiento, ese pequeño descanso después de 10 horas de trabajo, de desveladas por exámenes o de ser pisoteados por la sociedad todo el tiempo.


[UPDATE] Aquí las fotos de la acción.