sábado, 22 de noviembre de 2008

El Discurso del diseño

Analizando el discurso, o más bien los principios de exclusión, del diseño me encuentro algo que aparentemente no presenta su lugar en los principios reguladores de esta disciplina. Me refiero a las modas de diseño, cierto estilo que por un determinado tiempo gobierna los haceres del creador visual y lo que al principio aparece como lo nuevo pronto plaga la ciudad dejando el estilo invalidado esperando a una nueva Formalidad rescate a la imagen.
Hay cierto tipo de modas internas en el punto de lo formal pero habrá que hablar de cómo la institución determina esas tendencias. Un ejemplo claro es en los concursos de ilustradores. Ya una maestra nos había informado sobre el mecanismo de estos eventos: a los jueces les gusta algún tipo de técnica utilizada, por ejemplo la acuarela y es uno de los trabajos que la usa quien gana el premio. Al siguiente año algunos abuzados optan por este material y vuelve a ganar un trabajo con acuarela. Al otro año todos entregan sus trabajos copiando en el estilo de los ganadores y solo uno opta por otra y él es el que gana.
Hoy en día está muy de moda un tipo de estilo gráfico muy característico: el “muégano”. El termino surgió de una plática de unos compañeros y yo sobre esta nueva preferencia de tratar las imágenes y que era muy rica visualmente, recordando una clase de teoría de la imagen en donde la maestra llamaba muéganos a ese tipo de cartel atascado de imágenes y letreros multicolores característico de los anuncios de luchas o conciertos de música popular. Obviamente esta etiqueta era despectiva porque hacía alusión a aquellos dulces donde todas las hojuelas están pegadas aleatoriamente. Pero el estilo al que nos referíamos se parecía a estos carteles solo en cuestión a concepto, un montón de imágenes pegadas a modo de collage. Otro rasgo es el de usar elementos orgánicos con geométricos, la dualidad natural/artificial. Aparte de su estructura no es completamente aleatoria sino que están construidos a partir de un punto o espiral, se distribuyen de forma radial o simétrica, etc. En pocas palabras tienen elementos de un buen diseño.
Esta forma peculiar de hacer diseño pronto se popularizó, las formas avanzaron a nuevos terrenos y ya se veía video con muégano, web, cartel, etc. Pero como es de esperarse y que pasa siempre con la moda, cuando ésta llega a las esferas bajas, cuando todos y hacen de su uso diario los gestores de la moda la comienzan a abandonar. El problema con el diseño es que si bien el estilo ya está agotado, ya los chicos del ICEL lo crean, parece que se consumió muy pronto, todavía mantiene su atractivo visual pero su poder de comunicación a decaído tanto que realmente ya aburre ver este tipo de anuncios es como si solo hubiera quedado la cascara de un cuerpo vacio, el exoesqueleto que dejan las arañas después de cenarse a un bicho. Ahora habrá que ver cuál es la nueva moda que al principio surja del Underground y la Vanguardia para que luego ascienda y sea ser devorado con vehemencia.
Y es que dentro del mismo discurso existen los promovedores del estilo que son los mismos autores que muchas veces no se dan cuenta de lo desgastado del discurso y no promueven nuevas formas debido a los limitantes que condicionan al diseño. Y es extraño como comentarios provenientes de personas ajenas al medio como lo sería mi hermano, tiene más valor crítico debido al no estar viciados por las costumbres en boga.
En la época en que vivimos gobernada por el pensamiento posmoderno (un premodernismo en México según algunos autores) el consumo de imágenes es tan voraz que los eventos que acabo de describir en el diseño ocurren más seguido. Toda imagen es exprimida y devorada apenas acaba de aparecer. Lo único que le queda al posmoderno es utilizar lo retro, imágenes del pasado si contexto para lanzárselas a la fiera que acaba de crear y no sabe ya como alimentarla ni controlarla. Espero que nosotros como creadores de imágenes propongamos un cambio una nueva forma de ver la imagen sin ser consumidos con ella misma.