lunes, 11 de julio de 2011

Derivando por el carril lento, muy lento, lentísimo.

Éramos tres nada más.
Ya lo habíamos hecho antes pero parecía diferente. Los vinilos seguían ahí. La gente está acostumbrada a la rutina, a los cambios impuestos por las Instituciones, que al final no hace caso hasta que se le obliga (¿ambiguo? Sí, ¿quién hace caso a quien?).
Primero el ritual, el poema que nos introduce en la ceremonia. Lo leo un poco lento, demasiado rápido, asincrónico, sin cadencia, como aprendiendo a leer de nuevo, con altavoz; nadie me escucha de todos modos. Me convierto en tortuga. 
Luego caminamos, lentito. La plática se convierte en lugar público y viceversa. Un juego inventamos. Qué bueno es andar lento, cura todos los males pero en especial los mentales, que son los únicos que existen.
Luego una voz en el fondo: “se les informa a los usuarios que a partir de ahora el transbordo de San Lázaro se recorrerá lento…”. ¿Será? ¿La Institución nos ha hecho caso? ¿Ganamos? Veo a mis compañeros, no se sorprenden ante tal hecho surrealista, me sorprende más su falta de sorpresa. Tal vez lo soñé, un sueño despierto y sin drogas. Es bueno alucinar, andar lento lo propicia.
Éramos tres nada más. Pronto descubrimos que éramos miles porque cada vez que alguien entraba al carril lento se convertía en nosotros y nosotros en él, como un rio que fluye, nace y se seca al ritmo de los vagones. Donde la tortuga se vuelve rápida incluso yendo lento.
Acá el link de la acción http://www.redretro.net/node/49

1 comentario:

Atico dijo...

Ponele el link al RetroBlog maestro!
http://www.redretro.net/node/49
Luz y Fuerza!
A™