De un rato acá el "Diseño gráfico" ha ganado una gran popularidad entre las aspiraciones profesionistas. Si ya bien era una carrera de alta demanda cuando la cursé allá por el 2004, la proliferación de instituciones que dan la disciplina no solo profesional sino a nivel técnico ha puesto al alcance de cualquiera esta etérea disciplina tan incomprendida. Pronto uno voltea y en cada esquina te venden cursos de diseño al lado de los de repostería, manualidades y zumba.
Cuando uno asiste a la escuela te enseñan, entre otras cosas, a valorar tu trabajo, a sentir que tu formación (universitaria) te garantiza una superioridad ante la competencia. Incluso que la abundancia de las escuelas "patito" ni siquiera nos debería de preocupar. Pero al salir al mundo real te enfrentas a una situación completamente diferente.
Tal vez algo que olvidan nuestros entusiastas profesores es un principio básico económico: la ley de la oferta y la demanda. Entre más escasea el producto, más vale. Entre más abunda disminuye su valor. A si el diseñador es de los profesionistas peor pagados, con salarios de 5000 pesos al mes en promedio si es que tienes la suerte que tu currículum haya sido leído entre los miles que saturan las bandejas de entrada de los empleadores.
Pero mi intención en este ensayo no es el de quejarme amargamente de que no hay chamba, o de defender/definir lo que es Diseño (eso será en próximas entradas), sino de proponer un modelo de acción para defender nuestra amada profesión.
En un tiempo en el que era joven e idealista (todavía soy un poco de ambos) me molestaba que muchos de mis compañeros de carrera compraran artículos por el mero diseño en un auténtico festival consumista sin ver la utilidad real, compraban signos no productos. Ahora lo veo desde otra perspectiva, si bien es difícil pelear contra el consumismo si se puede consumir inteligentemente.
Consumir Diseño inteligentemente implica exigirle a las empresas que además de entregarnos buenos productos nos den buen diseño, e idealmente se conseguirá una revaloración de esta disciplina y consecuentemente mejores y mayores ofertas de empleo para nuestros colegas. Planteo estos puntos a considerar antes de comprar o contratar algún servicio.
Comparación de los productos. Antes que nada debe estar consciente que lo que va a comprar es un producto que sirve para algo no salte inmediatamente por la campaña o lo atractivo de su empaque.
La marca no implica un buen diseño. Algunas veces nos encontramos con empresas que confiadas con la posición de su marca lanzan a la venta productos descuidando el área de diseño. Si su marca favorita les falla intenten con la competencia.
Las licencias. Un producto que trae en su envoltura a Bob Esponja, Harry Potter, Barbie, etc., ha comprado una licencia. Estas por general vienen en completos manuales de lo que se debe o no debe poner. Los hacen los diseñadores de esa compañía y aquí simplemente se pegan al producto. No hay un verdadero proceso de diseño y lamentablemente es lo que más "jala" al consumidor. ¿Qué tiene de malo si al final de cuentas son buenos diseñadores quienes crean esos manuales? Simplemente que no son mexicanos y si estamos apoyando al diseño y por lo tanto la economía mexicana debemos consumir productos de acá (aplíquese a cualquier país en desarrollo). Ahora que si su intención es apoyar solamente al diseño sin distinguir naciones, salte este punto.
El precio. Algunas veces el producto con diseño va a costar un poquito más. Páguelo si la competencia ofrece lo mismo pero descuidó esta área. El diseño cuesta (tintas, procesos especiales, estudios, etc.); sé que es difícil en estos tiempos de recesión pero recuerde que está apoyando a un colega.
Lo trendy. A veces uno piensa que se está ante un buen diseño por que tiene "el estilo de moda". Cuidado, la mayoría de los egresados de estas escuelas técnicas se dedican a emular los estilos de moda con tal promiscuidad que los acaban desgastando. Evalué la propuesta por medio de sus valores formales y de comunicación. Este es uno de los principales problemas de la degradación del diseño actualmente. Exija diseños originales y con concepto, lo estético es solo la mitad de un buen diseño.
Con estos puntos hago un llamado a todos los compañeros diseñadores por exigir un producto de calidad. Que cada vez que vayan al Super naveguen por internet sean más exigentes y atentos al uso del diseño.